La Aventura del Primer Grano de Cacao en Rionegro

Hace mucho, mucho tiempo, en las verdes colinas de Rionegro, Santander, se tejía una historia de aventura y descubrimiento. En aquella época, Rionegro aún no era famoso por su cacao, y los campos eran testigos de un misterio que aguardaba en la distancia.

La historia comenzó en un pequeño pueblo costero, donde un intrépido explorador llamado… ¿Diego?, ¿Juan?, ¿José? digamos Diego para seguir la historia, …se embarcó en un viaje en busca de tesoros lejanos. Su destino era desconocido, pero su espíritu aventurero era su brújula.

Diego navegó por mares agitados y recorrió selvas exuberantes. Cada isla que visitaba le ofrecía nuevos sabores, pero su corazón seguía inquieto. Finalmente, un día, cuando su barco ancló en un puerto remoto, algo en el aire cambió. El aroma del cacao llenó sus sentidos, un olor inconfundible y tentador que lo llamaba.

Guiado por la curiosidad, se aventuró tierra adentro, siguiendo su nariz hacia la fuente de ese irresistible perfume. Y allí, en medio de un exuberante bosque tropical, encontró lo que buscaba: un árbol repleto de vainas de cacao, brillantes y tentadoras.

Los lugareños que vivían en ese rincón apartado le contaron a Diego sobre el cacao, un tesoro que habían estado cultivando durante generaciones. Lo acogieron como a un amigo, compartiendo sus secretos y enseñándole el arte de cosechar y procesar el cacao.

Diego decidió llevar algunas vainas de cacao consigo en su regreso a casa, como un regalo para su pueblo natal. Con el cacao en la bodega de su barco, partió rumbo a su tierra natal. El viaje de regreso fue largo y lleno de desafíos, pero Diego tenía la determinación de compartir este increíble hallazgo con su gente.

Finalmente, tras semanas en el mar, Diego llegó a su querido pueblo de Rionegro. Con emoción, compartió el cacao que había traído consigo. La gente probó este nuevo manjar y quedó asombrada. El sabor del cacao los transportó a un mundo de delicias, un mundo que pronto se convertiría en una parte esencial de su cultura y economía.

Diego se convirtió en una leyenda en Rionegro, el hombre que trajo el primer grano de cacao a la región. Hoy, la aventura de Diego y su descubrimiento se celebra en Rionegro con festivales y eventos que honran la riqueza de su cacao.

El cacao de Rionegro se ha convertido en un tesoro apreciado, una joya culinaria y un legado de aventura que se comparte con el mundo. Y mientras disfrutamos de su sabor exquisito, recordamos la historia de Diego, el intrépido explorador que trajo el primer grano de cacao a las verdes colinas de Rionegro.

-E. Mancilla-

Santander 2023